Pregunta difícil
que obliga una respuesta clara y comedida.
El sistema actual de la Iglesia,
organizada en diferentes denominaciones NO está definido en las
Escrituras.
Al buscar un soporte Bíblico para JUSTIFICAR la PROLIFERACIÓN de diferentes nombres,
grupos, sistemas, o como quieran llamar a las diferentes agrupaciones
de creyentes, no se encuentra en ninguna parte.
Es llamativo y preocupante el hecho de
que en los últimos 100 años, diferentes "corrientes"
dentro de la Iglesia han optado por "DISEÑAR" o
" ACOMODAR" la doctrina de la
Palabra, según pensamientos e intereses humanos.
Esto ha dado como resultado
el maremágnum de grupos religiosos actuales, que se dicen
ser cristianos. Logrando confundir a las personas y dando lugar a muchos
desatinos y errores garrafales.
Puedo decir confiadamente que el
sistema denominaciónal es un INVENTO HUMANO; es tal el poder de
esta errónea identificación religiosa, que en
la mayoría de las denominaciones, tienen más valor los
postulados internos, la opinión de los directores; que la Santa
Palabra de Dios y el obrar del Espíritu Santo.
Es tal la influencia de las
denominaciones, que muchos pastores no operan bajo el poder
del Espíritu Santo; sino bajo la autoridad del concilio al que pertenecen. Actúan
y desarrollan su “ministerio” dentro de los postulados de la denominación, más
no dentro de la Palabra de Dios al cien por cien.
Esta forma de enseñar y dirigir una congregación de
creyentes en el Señor, da resultados desastrosos, muchas de las veces se
maltrata o se estanca a los fieles, con el argumento de que así esta
ordenado por la denominación.
Se han dejado los principios Bíblicos,
por pensamientos, doctrinas y requisitos humanos, se decide quien y cuando puede una persona desarrollar "un ministerio" previa aceptación tacita e incondicional de los estatutos del concilio.
Esto me trae a la memoria un hecho que se narra en el libro de los jueces capítulo 17, allí se habla de un hombre israelita de
nombre MICAIA, este relato nos puede
ilustrar sobre lo que estamos estudiando
en esta tarde, allí están los elementos
que conforman la “NECESIDAD” de establecer una “DENOMINACIÓN” particular
o propia.
La clave está en el verso 6 “ En aquellos días no había rey en Israel;
cada uno hacía lo que bien le parecía”. Micaia
tenía una idea levantar en su hogar un lugar de adoración, si se mira el
contexto histórico pareciese que lo está
haciendo correctamente, era muy difícil ir al templo de Jerusalén a adorar, al
tener un lugar cerca lo podría hacer de
continuo.
El problema es que para hacerlo el “DISEÑO” su DENOMINACIÓN y adaptó la
Palabra contaminando la doctrina con idolatría; y no paro allí se tomó la atribución
y “ORDENO” un sacerdote para que “ministrara “en su nombre.(Verso 5)
La historia luego toma un camino
diferente y muestra que llega allí un
LEVITA, un hombre con sacerdocio reconocido, necesitado, hambriento, forastero;
Micaia ve la oportunidad y le propone ser su sacerdote y le define unas
funciones y le pone un sueldo(Verso 10), ahora ya no solo tiene un altar y un
sacerdote ordenado por el, llega al grupo un sacerdote de orden legal. Oh
Micaia esta dichoso, su denominación personal está tomando auge y es ahora muy
importante.
¿Podemos ver alguna similitud a lo que
sucede actualmente?
Concilios de hombres que se “ORDENAN en cargos y títulos incluso algunos
no están en la Biblia; pero que suenan importantes, les definen funciones a
cada nivel o título dentro de su denominación y hasta se dan la autoridad de
decir que puede y que no puede “ministrar” cada
portador del título.
Es
así que si tiene determinado título
puede presentar niños, asistir funerales y hasta bautizar a nuevos creyentes,
pero para otras ceremonias (una Boda por ejemplo) debe tener otro título o
nivel dentro de la organización.
¿Quién
les dio la potestad de DEFINIR y COARTAR estas funciones?
No
se sabe, pero lo hacen y lo imponen….
Bendiciones
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