LOS 10 MOTIVOS PRINCIPALES POR LOS QUE LA GENTE SE CAMBIA A OTRA IGLESIA
Amados lectores, quiero compartir un analisis que encontre en la pagina de la iglesia PRESENCIA DE DIOS, de Buenos Aires Argentina.....
Espero que sea para edificacion de nuestras vidas, dedicale unos minutos leelo, analizalo, compara, califica y decide...bendiciones. henropri.
La
congregación “Presencia de Dios”, de la ciudad argentina de Buenos
Aires, es relativamente nueva pero se está extendiendo muy rápidamente
en cantidad de miembros. Bernardo Stamateas y su esposa son psicólogos y
le han impreso una especie de sello personal.
El
tema que Stamateas encara en este trabajo contiene aristas esenciales
para tomar partido por el disenso o por el consenso, según la óptica y
rango espiritual desde el que se lo lea.
Tomaremos lo que el autor señala de esta problemática de manera correcta según la palabra, como Palabra Confirmada,
pero no dejaremos pasar ninguna de las expresiones de corte
babilónicas, sin comentarlas debidamente, con la finalidad de no
confundir a nuestros lectores. Así comienza el texto fiel:
LOS 10 MOTIVOS PRINCIPALES POR LOS QUE LA GENTE SE CAMBIA A OTRA IGLESIA
Antes de entrar en lo
que Bernardo Stamateas dice al respecto, quiero puntualizar algo que
hace ya muchos años que vengo diciendo: en Argentina, (Y me atrevería a
decir que en una gran parte del planeta también), la iglesia del Señor
ya no crece, sólo se desplaza.
Una de las grandes
preocupaciones de los pastores y de la Iglesia Cristiana en general es
la cantidad de cristianos que van “de iglesia en iglesia”. Durante
muchos años, se ha sostenido un gran mito que en éste articulo queremos
destruir, el mito es el siguiente:
“ME ROBARON LAS OVEJAS”
Este es el gran mito que se
sostiene dentro de las iglesias: pensar que cuando un miembro se va a
otra iglesia, es porque esta otra congregación lo “robó” o lo “atrajo”.
Sin embargo, como veremos, esto no es verdad. Siempre que una persona
cambia de lugar es porque siente un malestar interior.
Siempre. Es muy difícil o es
imposible que una persona que se siente bien interiormente en un lugar,
que se siente bien con determinadas personas, se vaya a otro lugar. Es
decir, una persona es “atraída” por otro lugar, pero en realidad no es
la atracción lo que la mueve hacia la otra iglesia, sino el intento por
resolver su malestar.
Echarle la culpa a otra
iglesia de que “le robo un miembro” es tan ridículo como aquellos que se
separan e inmediatamente dicen que fue porque “le hicieron un trabajo
de brujería”, en vez de aceptar que el matrimonio entró en crisis y que
fue ese el disparador de la separación.
Lógico, es más fácil decir
que “le hicieron un trabajo de brujería” y que por eso el matrimonio se
quebró. Cuando una persona se va de la iglesia, el pastor comete un gran
error, muchas veces, de vivir esa salida como una traición que el hermano le hace al pastor y su bronca no le permite analizar objetivamente “el malestar interior del que sufre“.
La primera conclusión a la que tenemos que llegar -aunque sea dolorosa- es saber que siempre
que alguien se va de nuestra iglesia es porque ha habido un malestar
interior que ha sido como un resorte, un disparador, un impulsor, que lo
llevó a buscar otro lugar.
Claro, es mas fácil decir “me robaron la oveja”,
porque esto calma la angustia y pone las culpas afuera, “el otro es el
culpable, no yo”. “El otro pastor”, “la otra iglesia”, la “ladrona”, la
que “sedujo”, la que “hipnotizó”:
“Yo, pastor y mi iglesia,
no tenemos nada que ver. Sencillamente ‘la oveja’ ha sido una pobre
persona tonta, engañada y seducida por un pastor perverso o por una
iglesia”. Sin embargo, mientras sigamos pensando así, nunca entraremos en el nivel de la excelencia.
Entonces, la primera
pregunta que nos tenemos que hacer es: Si un miembro o muchos se han ido
de mi iglesia, es porque ha habido un malestar. El otro gran mito que debemos desterrar, a mi entender, y que no sirve es la famosa “carta de transferencia”.
Cuando una persona se va de la
iglesia y se solicita la carta a la iglesia de dónde salió, en esa
carta se expresan., muchas veces, las broncas, las maldiciones, las
frustraciones hacia el que se fue. Otro aspecto interesante es ver
pastores que se enojan cuando un miembro de su iglesia se va a otra y se
enojan, se molestan porque ha sido recibido en otra congregación.
Se han equivocado muy feo,
casi horrible se podría decir, en cuanto al mandato (Si lo hay) y a la
autoridad (Si les ha sido concedida). Han llegado a creer que son los
“dueños” de la iglesia y también de la voluntad de Dios. Por tanto,
admiten y expulsan conforme a lo que ellos suponen o les parece. Dios se
apiade de todos en el día del juicio.
1. SE VAN PORQUE SUFREN MALTRATO.
El maltrato es principalmente
emocional y espiritual. Esto hace que una persona esté lastimada,
dolida, rebajada, descalificada, y eso es un motor que lo impulsa a
buscar un lugar en el cual encuentre buen trato. Cuando uno está en
medio del océano, cualquier roca, cualquier madera, o cualquier balsa
sirve para la salvación. Veamos de dónde puede provenir el maltrato:
a. Maltrato de los Pastores
El maltrato existe
fundamentalmente en iglesias o pastores que castigan cuando predican,
que en sus mensajes destilan odio, ira, resentimiento. Inmediatamente,
cuando el pastor se entera que alguien tiene algún problema, lo usa como
una anécdota en sus mensajes.
Todo el mundo en la iglesia
empieza a mirarse; ya saben de quién se está hablando. Por un lado, el
maltrato se ejerce a través de las maldiciones:“Si te vas de acá… te va a ir mal”, “El que se va de acá, lo voy a denunciar públicamente”.
Por otro lado, el maltrato espiritual está regido por la culpa, la
manipulación y la descalificación. Gritarle al miembro, humillarlo en
público o en privado, descalificarlo en público, etc.
b. Maltrato de líderes
Hay líderes que maltratan a la gente, que creen que son de su exclusividad. Dicen: “Vos
sos de mi barca”, “Vos me perteneces”, “Vos no podes consultar con
nadie que no sea yo”, “Vos me tenés que pedir permiso para ponerte de
novio”.
c. De ujieres
Cuando una persona viene a la iglesia, la primera cara visible es el ujier, que le da la bienvenida. Hay ujieres que reciben a la gente con cara de limón o que se creen dueños. Dicen: “Acá no te sientes”, “Andáte de acá”, “Váyase de acá”. Decepcionan a la gente con miradas sospechosas las cuales hacen que las personas se sientan mal y se vayan de la iglesia.
Sólo una duda: ¿En que Biblia se habla de ujieres?
d. De otros miembros
Hay iglesias que tienen
asambleas, reuniones, las cuales se desarrollan bajo un “todos contra
todos”. Existen discusiones, chusmeríos baratos, chusmeríos caros,
agresiones del uno hacia el otro, peleas entre líderes. Esto hace que la
gente se vaya.
e. De peleas entre pastores o entre líderes
Hay gente que se va, no porque
ha sido lastimada directamente, sino porque cuando mira a su alrededor
ve líderes “enquistados” que no quieren perder su “status-quo”,
su posición. Se pelean con otros líderes, se critican. Vemos iglesias
compuestas por equipos pastorales divididos entre sí, líderes que dicen
una cosa y el pastor dice otra.
Todo este nivel de maltrato
emocional y espiritual, hace que la gente se vaya. Sin lugar a dudas,
cuando una persona es violentada y maltratada y descubre otro lugar en
donde es bien tratada, esa persona se cambia de iglesia.
Preguntas para reflexionar:
¿Cuál es el nivel de maltrato que hay en mi congregación, ¿de mis pastor? en mis líderes, entre la gente, entre los ujieres?
¿Cuál es la atmósfera que hay en mi congregación? ¿Hay una atmósfera de gozo, positiva, alegre, dinámica?
¿Felicito, aliento, reconozco y bendigo a la gente, o la castigo, la menos precio, la aplasto?
¿Somos de señalar los pecados y de ponerme en juez o somos restauradores de vida, motivadores?
2. SE VAN POR ESTAR EN UNA CONGREGACION SIN PROPÓSITO.
Este segundo punto también es muy frecuente. Las iglesias sin propósito están muertas y aburridas. En ellas, la gente va, escucha mensajes que no le sirven para nada, que no tienen ninguna trascendencia en su vida y se va.
La gran pregunta que al
autor no se formula aquí, pero que no podemos dejar pasar por alto
nosotros, es: Si, en efecto, hay gente que acude a esa clase de
congregaciones que son reales y existen, sin dudas, ¿Para que siguen
yendo? ¿Qué es lo que los hace seguir asistiendo a la más triste de las
nadas?
En ellas son moneda común las
discusiones teológicas, las interminables enseñanzas “doctrinales” sosas , sin profundidad; que
no sirven para nada en la práctica, las reuniones aburridas, con
canciones aburridas, una adoración depresiva, un pastor que pasa y dice:
“Bueno, hoy somos poquitos, ¿dónde estarán los demás?” y comienza a retar y a "motivar" a los que vinieron por los que no vinieron.
Son iglesias sin propósito, en las cuales la gente ofrenda y se pregunta: “¿A dónde irá a parar mi dinero, si esta iglesia no hace nada?”
No tienen actividades dinámicas, con atractivo para los jóvenes. Los miembros de estas iglesias son DE los que no invitan a nadie, a ningún amigo, porque piensan y a veces hasta lo dicen: “Me da vergüenza invitar amigos míos a la iglesia porque no entienden nada, porque se aburren o porque no les sirve”.
He sido testigo, por las
naciones del mundo, de iglesias que no tienen niños, que no tienen
jóvenes, adolescentes, que apenas tienen un grupo de ancianos y cuando
uno les pregunta: “¿Qué actividades atractivas desarrollan?”, no hay propósito, no hay nada.
Dicen: “Acá a la iglesia no venimos a divertirnos, sino a buscar de Dios”.
¡Cómo si buscar de Dios y divertirse fuesen dos cosas contradictorias!
Dicen esto en vez de entender que el Reino es una fiesta. !Son iglesias
sin objetivos!.
Dicen: “Bueno, queremos ganar la ciudad, impactar el barrio”,
pero eso es mentira; es una teoría escrita en un papel de un estatuto,
porque en la práctica no hay movilización, no hay motivación, no hay
metas específicas escritas, ni hay grandes desafíos
Los mensajes son tediosos y aburridos. Muchas
veces la atmósfera espiritual se descubre midiendo la luz física.
Cuando vayas a una iglesia, mirá la luz. La luz te va a indicar cómo es
la luz espiritual que hay dentro. ¡Hay iglesias que tienen dos
lamparitas! ¡Todos están a oscuras! ! Sin
motivación!.
Claro, cuando estas personas
descubren otro lugar en el cual son motivadas, que hay propósito, que
hay conquista, que hay desafío, se van. Una
iglesia con luz, con brillo, con alegría, atractiva, con mensajes
atractivos, con títulos atractivos es una iglesia poderosa.
Permíteme ser reiterativo
en un concepto: estoy convencido que una iglesia poderosa es aquella
donde la presencia de Dios se discierne, se percibe, se siente como un
peso divino y majestuoso imposible de evadir.
¿De qué le sirve a una persona
que viene por primera vez a nuestra iglesia a escuchar “El manto
babilónico” o “El pecado de Acán” cuando no sabe quién es Acán ni qué es
el manto? En pleno verano dice “el manto”, ¿Qué manto? O el mensaje
“Las trompetas de Jericó”, cuando no sabe dónde queda Jericó, cuando
tiene que pagar los impuestos, cuando su mujer lo abandono, cuando sus
hijos están en el alcohol…
Recientemente, me decía una
mujer que había estado veinticinco años en una congregación de una
denominación tradicional de las iglesias evangélicas, había perdido su
trabajo, había intentado suicidarse y su hijo estaba en la droga. Me
decía llorando: “Mis veinticinco años no me aportaron nada… Yo necesito saber que Dios es algo más de lo que me enseñaron”.
Preguntas para reflexionar:
¿Mi iglesia tiene objetivos claros?
¿Hay propósitos y desafíos en nuestra congregación?
Hay metas grandes a coto y a largo plazo? ¿Estamos logrando cosas?
¿Estamos generando una iglesia atractiva, dinámica, alegre, moderna?
Cuando miramos los muebles que tenemos en la
congregación, ¿Son de hace treinta años atrás, con esas mantillas
blancas, con ese ropero que trajo un hermano porque en la casa no lo
quería tener porque estaba roto? ¿Hay luces tenues, o estamos creando
una atmósfera atractiva?
3. SE VAN PORQUE NO LOS DEJAN SERVIR Y DESARROLLAR SU DON
Hay personas que tienen un
profundo deseo y una santa insatisfacción de servir a Dios, de trabajar,
de desarrollar su potencial. Saben que Dios ha puesto dinamita dentro
de ellos. Quieren servir en la música, en las artes, en la
evangelización, etc. Quieren servir con su pasión.
La pasión es el motor motivador más poderoso que existe; pero no los dejan trabajar… Dicen: “No, este ministerio ya está completo” ¡Claro!
¡El ministerio de adoración quedó cerrado ya! Desde hace muchos años…
cuando la hermana Felicitas se hizo líder del ministerio y solamente
deja entrar a cinco o seis amigotas.
¡Claro! El líder Juancho que
lidera evangelismo hace cuarenta y tres años no deja ingresar a nadie…La
gente que quiere trabajar y servir, a veces siente que tiene un techo.
Recientemente, me decía una persona: “Pastor, yo estudié cine.
Yo quiero poner mi don a disposición del Señor. Pero me dijeron que el
cine no era de Dios. Que acá no hay ministerio de cine. Que si quería
eso que fuera a la televisión, que ‘acá es una iglesia’”.
¿Cuánta gente quiere servir
con su vocación, con su pasión, pero no lo dejan trabajar? Todo es un
techo. ¿Por qué? Porque muchas veces, los pastores tienen miedo de
levantar más pastores en su congregación.
Algunos líderes tienen miedo
que les “hagan sombra”. Esta es gente con baja estima, que siente que
todo es competencia y comparación. Los pastores se enojan porque se
nombró a otro pastor y no a él. Ese techo hace que llegue un momento en
que la persona se va.
Preguntas para reflexionar:
¿Estoy siendo un techo para los míos?
¿Estoy motivando a mi gente?
¿Estoy abriendo ministerios de acuerdo a su pasión?
Decía una persona: “Pastor,
yo quería servir, trabajar, abrir mas reuniones, evangelizar, pero el
pastor me decía que con la reunión de los miércoles ya alcanzaba. No
importaba que fuésemos cinco. Entonces le propuse: ‘¿Por qué no abrimos
los martes, los lunes, para captar otro tipo de gente?´ Pero no. Yo le
proponía ayunos, evangelismos, salidas, pero él tenía el día de
descanso, o la gente no podía o no me dejaban”.
Uno de los éxitos que nosotros hemos tenido aquí en “Presencia de Dios” es que cuando la gente viene y recibe al Señor, vemos cual es su vocación, cual es su pasión y sobre eso armamos un ministerio.
Recientemente se han entregado
al Señor muchos artistas y hemos abierto un ministerio para ganar
artistas. Se han convertido gente de cine y hemos abierto un ministerio
de cine. Chicas bailarinas se han convertido y hemos abierto un
ministerio de baile para poder ganar gente del área de la coreografía,
etc.
En vez de ubicar a la gente en los ministerios existentes tendríamos que abrirlos de acuerdo a los dones que van llegando, dejarlos trabajar, nunca poner un techo a nadie.
El crecimiento de uno es el crecimiento de todos. Cuantos más pastores
levantemos, cuanta más gente levantemos, más éxito tendrá el Reino de
Dios.
4. SE VAN POR EL LEGALISMO
El legalismo mata, me consta.
He sido testigo de gente congregada en iglesias ultra legalistas que
terminaron ahorcándose, pegándose un tiro, envenenándose. Cuando una
persona que lucha todos los días para subsistir, para llevar adelante su
hogar, para trabajar, para luchar en medio de un trabajo con gente que
quiere su puesto, que compite, llega encima a una iglesia donde es
retado, culpabilizado y acusado, no le queda más que morir.
El legalismo te esclaviza, te pone cargas, imperativos: “No se puede venir con pantalones, no te podes pintar, las mujeres que no prediquen”. Culpas, todo es pecado: “Falta santidad, falta unidad, no se puede jugar al fútbol, no se puede divertir”, ¡cuántos ejemplos podríamos dar!
Te recomiendo que leas el
libro que he escrito al respecto sobre “el legalismo”.Hay gente que ha
sido castrada en su espíritu con una mentalidad de culpa y condenación.
La culpa siempre te remite al pasado: “Hay algunos pecados todavía que Dios no te ha perdonado”
.La condenación te remite al futuro: “Vos no mereces alcanzar los sueños que Dios te dio”.
Las personas viven tristes, amargadas, apesadumbradas. Los legalistas
son rígidos, cuestionadores, les encanta mirar y analizar a las iglesias
crecientes para sacar sus clásicas conclusiones:
“Mas vale calidad que
cantidad”, “El cementerio también crece”, “La iglesia no es una
bailanta, ni el pastor un payaso”, “El infierno también va a estar lleno
de incrédulos”, “Gracia barata”, “Falta de ética” y
un montón de estereotipos mas que lo único que hacen es tapar su
rigidez mediante una “curita”, mediante maquillaje para no mirar hacia
adentro y descubrir que no pueden apedrear a nadie, que tiene que soltar
la piedra.
Esto es tristemente
así. Cuesta trabajo creer que adentro de un salón que se autodenomina
como “la iglesia del Señor”, existan personas que, en el nombre de Dios,
puedan estar empujando al suicidio espiritual a alguien. Sin embargo es real.
Preguntas para reflexionar:
-¿Estoy Sano por dentro?
-¿Estoy Ministrando Legalismo en mi Iglesia?
Una vez me preguntaron cuál era el requisito más importante para interpretar la Biblia. Sin pensarlo dije: “Salud emocional y espiritual”. Porque
cuando fuiste violado y no estás sano, cuando fuiste abandonado, cuando
tuviste un papá que te golpeaba, cuando te criaste bajo el brazo del
imperativo, si no estás sano, vas a lastimar a otros y vas a interpretar
la Biblia desde tu dolor y odio: el herido siempre hiere, el rechazado
rechaza, el reprimido, condena.
El más moral a veces es el más
inmoral. ¿Cuántos ejemplos tuvimos de grandes predicadores que hablaban
de santidad y acusaban el usar pantalones, pero se deleitaban en los
placeres más perversos a nivel sexual?
Preguntas para reflexionar:
-¿Fui Ministrado en Sanidad Interior?, ¿Se Ministra Sanidad Interior en mi Iglesia?
-¿Se Vive en mi Iglesia una Atmósfera de Paz, de Perdón Divino, de Gracia de Bendición?
Siempre el legalista interpreta gracia, libertad y bendición como el polo opuesto: el libertinaje. Dicen: “Claro, ahí aceptan a cualquiera…”
Hace un tiempo me decía con orgullo un pastor legalista: “En mi iglesia no hay ningún divorciado” y le dije: “¿Cómo hiciste?” “Los echo a todos”, contestó…
5. SE VAN POR ESTAR EN IGLESIAS ALMÁTICAS
El alma es la suma de la mente, la voluntad y la emoción. Hoy estoy convencido que una de las razones principales por la que muchas iglesias no crecen, es porque son almáticas. ¿Qué es ser almático? Es un vínculo pegoteado, pegajoso, intenso, simbiótico.
Sucede en el “amiguismo”: un
amigo te lo elegís vos, pero un hermano te lo elige Dios. El vínculo del
alma, que tanto hemos desarrollado en nuestros libros, hace que se
armen grupos cerrados: “Vos sos mi amigo, vamos a comer juntos, trabajamos, juntos salimos, juntos nos vamos de vacaciones…”
Así se aman, hasta que se
pelean y así se odian. Son los “Montesco” y los “Capuleto”. Son esas
familias que gobiernan las iglesias de grandes apellidos y múltiples
miembros. Son esas tres o cuatro familias tal vez, en una iglesia de
ochenta miembros las que no dejan que entre gente nueva, aunque llorando
claman en oración: “¡Padre queremos un avivamiento!” Su espíritu dice: “No queremos a nadie porque queremos manejar nosotros la situación”.
Lo almático es siempre
manipulador. Mis vínculos con la gente no tienen que ser del alma, sino
del espíritu. A mi lo que me une no es el afecto, es un propósito de
Dios: la sangre de Cristo que nos ha unido para traer salvación a la
tierra.
Eso no quiere decir que en el
vínculo del espíritu no haya afecto. Hay algo más poderoso que el
afecto, que es la sangre de Cristo. Nos amamos y entre nosotros nos perdonamos, porque hay algo más grande que el afecto: una misión que tenemos que cumplir.
Hace un tiempo me decía un hermano: “Pastor,
yo me voy de acá porque no puedo ir a comer asado con vos. Y yo vengo
de una iglesia donde íbamos a comer asado con el pastor todo los
sábados. Y a mi lo que más me interesa es estar cerca del pastor
comiendo un asado” Así que lo bendije y pensé: “Pobre persona. Nunca será usada en altos niveles de unción, por ser almático”.
La gente con vínculo almático se queda al lado de los pastores. Dice: “Yo soy la mano derecha del pastor”. Se sienten “VIP”. “¡Uy! el pastor me tocó, vi la unción”, sencillamente
porque nunca tuvieron papá o mamá, entonces buscan satisfacer esa
carencia afectiva con el pastor de turno que les toca.
Las relaciones almáticas
hacen que una familia o un matrimonio tomen control y gobierno de las
actividades, del pastor, de todo y no dejan que nadie nuevo ingrese. Hay
familias, clanes, que se mueven simbióticamente. En general familias
numerosas de muchos años de tradición evangélica que toman, generación
tras generación, el control de la iglesia o de las instituciones.
Leí que Mahatma Gandhi fue a
una iglesia bautista en la India, pero por no ser blanco lo echaron de
ella. ¡La cristiandad se perdió uno de los hombres más poderosos que si
hubiese recibido a Cristo podría haber llegado a cambiar la historia de
la India con el mensaje de salvación! ¿Y por qué? Porque un grupo de
personas no lo aceptaron.
6. SE VAN POR LA FALTA DE INTERÉS EN LA GENTE QUE SE CONGREGA
Otro motivo que he observado es que hay gente que va
a una iglesia y nadie la saluda, nadie la discipula, nadie se interesa
por ella. Se los saluda y motiva un poco, pero no hay un entrenamiento,
una formación, una paternidad espiritual apostólica, un liderazgo sobre
esas personas.
Si vienen, bien y si no vienen, también. Si se van, el pastor argumenta: “Estaban con nosotros pero no eran de nosotros. Así que, como es débil en la fe, algún pecado tendrá…” En vez de darse cuenta que no hubo entrenamiento, formación, interés, amor verdadero por la gente.
Porque no les interesa saber de sus hijos hoy la
gente sufre el síndrome de abandono y lo conocemos como el “síndrome de
la llave”: chicos adolescentes que se levantan con la llave colgada.
Cuando se van de la casa están solos. Cuando regresan del colegio, están
solos. Están solos mirando Internet, horas.
Luego viendo televisión. Solos chateando. Solos
crecen. No pueden compartir con sus hijos, sus nietos, y mueren solos.
Esa gente es la que llega a nuestras congregaciones, donde se siguen
sintiendo solos. No hay nadie para discipularlos, desafiarlos, amarlos.
Cuando se van, recién ahí los llama todo el mundo:
“¡No te vayas!, ¡Te queremos!, ¡Vení!” Porque
irse es como una herida narcisista a la iglesia, sin embargo no hay una
profunda reflexión sobre ellos. Se fue porque el malestar generado en
su interior, el abandono espiritual, hizo que se vaya.
Preguntas para reflexionar:
-¿Amamos a la Gente?
-¿Seguimos a la Gente?
-¿Nos Interesamos por Ellos?
-¿Le Ponemos a la Gente Padres y Madres Espirituales, bajo un Ministerio Apostólico, con Cuidado Paternal para Formarla, Entrenarla, Seguirla, Discipularla?
7. SE VAN PORQUE HAN SIDO “DISCIPLINADOS” (LEASE “CONDENADOS ,CADENA PERPETUA”)
Hay gente que ha cometido errores y fueron
disciplinados. Pero quiero referirme en este punto a gente que ha
cometido errores, ha pecado, pero se ha arrepentido. Ha reconocido de
corazón su error y su pecado. Sin embargo, le ha caído la disciplina con
cadena perpetua. Gente a la que se la ha disciplinado por años.
Contaba una persona que cuando se fue a casar, fue
en bicicleta a la iglesia y el pastor el mismo día que los casó ¡Los
disciplinó por haber venido en bicicleta! Disciplinas estúpidas,
ridículas, sin sentido, locas.
Chicas que tuvieron relaciones sexuales
prematrimoniales y no se pudieron casar de blanco, o en la iglesia, por
su pecado, aún cuando la pareja se había arrepentido y había pedido perdón al Señor. Pero parece que el hombre no perdona…
Pregunta para reflexionar:
-¿Somos Restauradores o Condenadores?
Disciplinas con tiempo; por diez o veinte años. Peor
aún: barcas de disciplinados donde todos debían estar juntos. Me decía
una persona: “La gente entraba a la iglesia y veía “la barca de los condenados a cadena perpetua”. Estábamos estigmatizados” “¿Qué pecado habrán hecho?”, la gente se preguntaba queriendo averiguar.
Por el contrario,el sentido de la disciplina es siempre restauradora, motivadora y privada, pero eso no se ve en laz iglesia....
No se puede disciplinar a quien no reconoce su pecado pero se puede disciplinar -léase ayudar, restaurar, bendecir–
no con una fecha de tiempo, sentándolo en la última silla o privándolo
de la última cena, sino mediante un perdón de Dios y un acompañamiento
para la madurez y el amor hacia esa persona.
Esto es decididamente así,
tal como bien lo pinta Stamateas. Es como si la palabra de “las cosas
viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas”, estuviera escrita en
el Corán y no en la Biblia. Hay gente que se especializa, adentro de los
templos, en recordarles el feo pasado a aquellos que lo tuvieron y
creían haber sido perdonados por Dios…
8. SE VAN POR BUROCRACIA
Existen iglesias llenas de estatutos, formalidades.
Para bautizarse hay que hacer un curso de meses, para tomar la santa
cena hay que hacer otro tanto. Estatutos, leyes, diáconos, ancianos,
padres de ancianos, presidentes, pro-tesoreros, juntas, asambleas,
padres de diáconos, sobrinos de diáconos… burocracia, asamblea donde se
discute todo.
“Felipe…¿Qué impide que yo
sea bautizado ahora mismo?” – Esa fue la pregunta del etíope. ¿Y que
respondió Felipe? ¿Acaso le dijo que no podía bautizarlo hasta que no
aprobara el cursillo o diera muestras de entender su significado?
“Haced esto en memoria de
mí”…dijo Jesús con respecto a lo que luego implementaríamos como la
Santa Cena. ¿Acaso dijo “haced esto LOS BAUTIZADOS?” No. Él no
discriminó, como tampoco lo hizo Juan el Bautista en el río. ¿Entonces?
Burocracia. ¿O debería decir Legalismo?
Entran cinco, salen tres. “Moción de uno,
aprobación de otro”.Entonces, la persona se siente atrapada en un montón
de comisiones y reuniones inútiles, estructuras, y se va porque Dios
nos ha hecho libres.
Un predicador que alguna
vez escuché, decía una vez algo muy contundente respecto a estas cosas.
Él aseguraba que no había salido de la esclavitud del pecado el día de
su conversión, para caer en la esclavitud de la politiquería religiosa.
¡Cuanta verdad!
Por supuesto, tenemos que tener una organización
pero esta no debe matar al organismo. Dice Lucas Márquez que el
organismo es algo vivo, la organización es un sistema donde el foco no
es la vida, sino cumplir las reglas. Necesitamos la unción del Espíritu Santo para ministrar. Y
Dios no unge jamás organizaciones, unge personas, organismos vivos…
El foco no es la gente sino la estructura. Pero
Dios levantará iglesias organismo donde el foco no será la estructura
sino la gente. En suma: ¡simplificá! Sacá las reuniones inútiles,
eliminá lo que no sirve, sacá la presidencia, pro presidente, diácono
superior, súper tesorero, etc. Eliminá, simplificá, porque los primeros
cristianos se juntaban con alegría y sencillez de corazón y las
multitudes venían a Cristo.
La pregunta que nos tenemos que hacer, querido colega, es:
-¿He
Simplificado al Máximo la Estructura de mi Iglesia para que la Gente
pueda Bautizarse cuando quiera y pueda servir donde quiera?
9. SE VAN POR PASTORES SIN COMPROMISO
Mucha gente nos ha manifestado que se va de la
iglesia porque el pastor no tiene compromiso: el lunes es el día
pastoral, el martes a las tres de la tarde está tomando mate en la
puerta de la iglesia, el miércoles hace una visita a las seis de la
tarde, el jueves lo dedica para orar y el viernes para pasear.
Gente que ve pastores que no tienen vida espiritual,
que son capataces de la congregación, son asalariados: van cumplen un
horario, se van, no están motivados, no hay un compromiso genuino por
traer un avivamiento, cumplen formalmente, son empleados de la iglesia. No marca la visión, no
es padre espiritual, sino sencillamente un empleado que como nadie le
controla ni le vigila, en general pasa más durmiendo que trabajando.
Son las personas que dicen: “Estoy estresado”. “Necesito veinte días de vacaciones”, cuando
tienen menos de cien o doscientas personas. Permanentemente hablan del
estrés, del agotamiento emocional, de que “no dan a abasto”.
Llenan sus agendas de papeles y de reuniones sin
sentido. Cuando tienen que dar un informe, anotan hasta el folletito que
le dieron al de la esquina y cuando uno lee esos informes parecería una
iglesia poderosa que está invadiendo la ciudad, pero en la práctica no
pasa nada.
Está comprobado que la gente exitosa trabaja más que
la gente común. Pero no es trabajar más, sino más inteligentemente.
Tener un compromiso con lo que Dios nos ha llamado a hacer. La gente
debe ver en el pastor y la pastora el modelo de gente comprometida
trabajando de lunes a lunes para la extensión del Reino de Dios.
Preguntas para reflexionar:
-¿Soy un Pastor Comprometido?
-¿Estoy Trabajando a Tiempo y Fuera de tiempo?
10. SE VAN POR EL PECADO PASTORAL
Mucha de la gente que se retira de sus iglesias es
por haber visto, comprobado y descubierto la doble vida de sus pastores.
Descubren que quien debería presentar un modelo y ejemplo de la
predicación y compromiso en Cristo, tiene una amante, sale con la
secretaria, es el único que prospera, tiene su coche cero kilómetro, su
casa en Punta del Este y un nivel de prosperidad por pedir, pedir y
pedir.
La gente se pregunta: “¿Qué sucede aquí? ¿De dónde sacó ese dinero?” Cuando
descubren que el pastor predica una cosa y vive otra (una vida de
engaño), la desilusión es tan grande que la gente directamente se
aparta. Luego hace el recorrido de tres o cuatro iglesias hasta poder
encontrar ese lugar donde respira un poco de paz.
Preguntas para reflexionar:
-¿Soy de una Sola Pieza?
-¿Predico lo que Vivo o Vivo lo que Predico?
-¿Hay Santidad en mi Vida?
-¿Deseo el avance, Crecimiento y Desarrollo de mi Gente o hay Motivaciones espurias, carnales?
Son esos pastores e iglesias que de lo único que hablan es de prosperidad -léase dinero, dar, dar y dar-. La
iglesia no ve proyectos nuevos, ideas, arreglos, nada. Parece que el
dinero va a un barril sin fondo. Y, efectivamente, va a un bolsillo sin fondo. Cuando una persona está bajo una cobertura que está en pecado, ese pecado baja y afecta a toda la congregación.
Existirían muchos más motivos; tendría que nombrar a
la gente rebelde que no puede estar bajo autoridad. Son personas que no
cambian de iglesia en realidad, más bien las recorren. Son los mínimos.
Son los itinerantes.
Para terminar, estos son algunos de los diez motivos
principales por los cuáles la gente se va de las iglesias. Habrá muchos
más, por supuesto. Según lo que he podido observar, una persona cambia
de iglesia una a tres veces y luego se aparta, cuando ese recorrido le
hace ir a una iglesia y luego a otra y luego a otra en la que se vuelve a
generar otro malestar.
Entre una y tres veces y luego la persona se aparta.
No quiere saber más nada. Ahí entran los miles y miles de nuestra
querida Argentina que no se congregan. Leen los periódicos cristianos,
escuchan las radios cristianas, siguen por Internet los cultos pero no
quieren estar en ningún lugar más.
He viajado por todo el país más de una vez y por otros continentes. Nos hemos encontrado con miles de apartados. Gente que ha sido lastimada reiteradas veces.
Siempre, en “Presencia de Dios” pensamos en soluciones. Por ello creo
que debemos tener en cuenta lo siguiente para evitar que la gente se
vaya de la iglesia:
Dos soluciones prácticas:
1- Tener una profunda revisión de los modelos de la iglesia. Una
iglesia contenedora, amplia, maravillosa, de bendición. Atractiva,
moderna, eficaz, con mensajes poderosos en revelación, prácticos y
atractivos.
Multifuncional,
con múltiples actividades como lo que hemos desarrollado. Ver que cada
persona que se va es una fuente de aprendizaje para reparar lo que
estamos haciendo mal (10 causas).
2- Tener un profundo desarrollo de la sanidad interior. Recientemente salió el libro “Libres de la gente” y
estoy convencido que si logramos enseñarle a la gente como tener
relaciones interpersonales eficaces y lograr que nadie nunca más lastime
su corazón, desarrollar piel de rinoceronte, no descalificar al que lo
descalifica, tener un corazón sensible para Dios, no esperar nada de
nadie, no hacer vínculos almáticos, saber que todo el potencial para ser
feliz está dentro de uno, entonces creo que se levantará una iglesia
más poderosa que la que hemos desarrollado.
Esta es nuestra experiencia en “Presencia de Dios”.
Miles de apartados y miles de miles de gente que se ha bautizado en
nuestra congregación. Han encontrado un lugar atractivo, poderosos de fe
y alegría.
Aún así sabemos que hay roces, dificultades.
Alguien dijo que cuando me lastiman y me ofendo es porque eso tocó mi
“talón de Aquiles”, una herida que no fue sanada. Cuando me lastimaron
en mi infancia, se desarrolló un mecanismo que dice nunca mas nadie me
va a lastimar.
Y cuando alguien toca ese “talón de Aquiles”, sin
querer, inmediatamente surge una reacción de bronca de defensa y eso me
tiene que llevar a sanar mi herida del pasado. Creo que tenemos que
llevar a la iglesia a revisar nuestros “talones de Aquiles”, que el Señor nos pueda sanar para que nunca más nadie nos lastime.
Querido Amigo, oro al Señor para que podamos
hacernos una autoevaluación sincera y profunda sin temor, romper
nuestros techos y nuestras limitaciones no para angustiarnos y sentirnos
culpables, sino para ver la Gloria de Dios en nuestras vidas y
ciudades.
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